La gran sabiduría popular, esa que va de Madres/Padres a hijos, sumada en este siglo XXI a las redes sociales, ha impartido sin pudor la docencia en cuanto a tratamientos para matar o prevenir los piojos. Y ya sabemos que quién dice “piojos” inevitablemente también dice “liendres”.
La Historia está llena de remedios caseros, que si el vinagre…que si el alcohol… que si, el árbol del té. Basta buscar en Internet para encontrar una enorme cantidad de ellas. Pero, ¿son todas efectivas? ¿De verdad sirven para algo?
Todos lo que hemos pasado horas y horas, y más horas! Quitando piojos y liendres a nuestros hijos, no estamos para que nos vengan con zarandajas y promesas de humo.
Algo nos enseñan estos tiempos que la prevención es la mejor de las opciones para evitar el contagio, y no está de más recordar ciertos hábitos de higiene diaria como no compartir toallas, gorras, u otro tipo de prenda que esté en contacto con el cuero cabelludo etc… y a ser posible, utilizar un preventivo eficaz.